Después de un buen desayuno en Mammoth Lakes nos hemos dirigido hacia el parque nacional de Yosemite, el cual tiene 3000 km2 de superficie aunque los visitantes exploran sólo el 5% del mismo. Para llegar hasta el centro de visitantes hemos tardado unas 3 horas aunque el paisaje ha sido fantástico durante todo el camino: verde y más verde con colinas maravillosas y lagos de agua cristalina. A pesar de eso, a la que hemos llegado al centro de visitantes todo ha cambiado. Demasiada gente (domingueros, para ser exactos). Los aparcamientos llenos de gente y la parte central del parque tampoco es que sea espectacular aunque tiene lugares muy bonitos. Hemos visitado la cascada de Bridalveil y el Mirror Lake (un fiasco porque casi no tiene agua y está lleno de gente). Cuando ya se nos estaba echando la tarde encima hemos decidido ir a ver el bosque de sequoyas gigantes, son unos árboles altísimos y algunos tienen hasta 3000 años de edad y noventa metros de altura!! Llegar allí ha sido una odisea porque está a las afueras del parque (desde el centro de visitantes casi 2 horas). Cuando hemos llegado el acceso estaba cerrado y el último bus nos subía hasta el bosque pero ya no bajaba.Al final hemos decidido subir aún con el riesgo de que anocheciera y que apareciera un oso por el camino. Ha valido mucho la pena. Para nosotros ha sido lo más impactante de todo Yosemite, aunque el camino de bajada ha sido de 45 minutos andando por la carretera.
Por fin hemos llegado a Modesto, que es donde haremos noche, para partir mañana hacia San Francisco!!
impresionante!!!!!besazos
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