Nuestro día ha empezado en Page, que es donde hemos hecho noche en un Motel6. Por la mañana nos hemos dirigido hacia el Antelope Canyon que al ser una zona de los navajos no pertenece a los parques naturales y, por lo tanto, se paga a parte (6$ por la entrada y 25$ por el tour cada uno). Habíamos leido que la mejor hora para visitarlo era el mediodía porque es el momento en el que el sol está más alto y la luz penetra por las grietas del cañón. Así que a las 12 hemos conseguido nuestras entradas para hacer el tour durante una hora y media. No hemos dejado de hacer fotos y todas ellas preciosas, de postal.
El cielo se ha puesto de repente negro y ha empezado a llover con fuerza. Hasta hoy lo más que apreciábamos en el cielo eran tormentas eléctricas pero hoy ha decidido descargar así que lo mejor era hacer una parada para comer y esperar que el tiempo nos diera una tregua para poder ver el Lake Powell.
Cuando ha empezado a escampar hemos decidido ir a visitar la presa de Glen Canyon con el Lago Powell de fondo. En el lago se pueden hacer actividades acuáticas pero hemos preferido visitarlo para tomar unas fotos y ver como sigue el río Colorado y la erosión que provoca en las rocas.
Por último, y sin saber muy bien que veríamos, nos hemos dirigido a Horseshoes Glen. Hay que dejar el coche en el aparcamiento y caminar 3/4 de milla (1km) hasta el mirador. Es espectacular! En el centro de la enorme grieta hay una inmensa roca rodeada por el río y el mirador queda en la parte superior. La verdad es que ha valido la pena acercarnos hasta allí.
Mañana nos vuelve a tocar coger el coche y hacer kilómetros pero si son para ver cosas como las de hoy vale la pena hacerlos!
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